El presidente Andrés Manuel López Obrador firmó la iniciativa de reforma con la que se eliminaría el cambio de horario dentro del territorio mexicano, sin embargo, esta decisión ha dado de qué hablar debido al impacto que puede generar en varios sectores.
El mes pasado, el titular del Ejecutivo informó que, de acuerdo con una “investigación abierta”, es probable que se quite el horario de verano porque “es mínimo el ahorro y es considerable el daño a la salud”.
El cambio de horario se originó en Estados Unidos después de que el científico y diplomático estadounidense Benjamín Franklin se percatara del aprovechamiento diurno de luz natural a través de adelantar los relojes una hora durante el verano que permitiría reducir el consumo de velas para alumbrar por la noche. No obstante, no logró ponerse en práctica hasta la primera guerra mundial y se generalizó en el mundo en 1974.
Por lo que, la razón de ser de esta medida es aprovechar la luz del sol y con ello reducir el consumo de energía en los hogares y empresas, pese a ello, no hay datos concluyentes sobre el ahorro de energía, según el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE).
Expertos señalan que el impacto energético que tiene el cambio de horario en México no se refleja en las tarifas de los usuarios, debido a que sería necesario registrar el consumo de energía cuando no se aplique el cambio de horario, para así poder plasmar en números la diferencia con la ausencia del cambio.
En el aspecto ambiental, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias en 2006 mostró que la aplicación del horario de verano ayudó a evitar la emisión de mil 427 toneladas de bióxido de carbono a la atmósfera y al mismo tiempo, se presentó una reducción en el consumo de combustible para la generación de energía eléctrica de dos mil 754 millones de petróleo.
La Secretaría de Salud (Ssa), a cargo de Jorge Alcocer, informó que algunos estudios sugieren una asociación entre el horario de verano y el aumento de infartos cardíacos, especialmente en la primera semana después de ser implementado, además de que aumentan la depresión e ideas suicidas.
De acuerdo con el grupo de Enfermería del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) que trabajó en conjunto con expertos internacionales de la Università degli studi di Ferrara (Italia) y la University of Texas at Austin (Estados Unidos), determinaron que el cambio horario puede afectar de múltiples formas a la persona, predisponiendo al desarrollo de enfermedades mentales, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, debilidad muscular, inflamación, e incluso, cáncer. Además, se ha visto su implicación en los accidentes de tráfico o en las visitas hospitalarias.
Factores como la edad, género y el ritmo circadiano endógeno (cronotipo) determinan en gran medida la capacidad que tiene una persona para sincronizarse con las alteraciones derivadas por el cambio de horario, por lo que cada persona tiene un cronotipo ligado a los distintos ciclos de sueño.
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