El pequeño Lían, de dos años, ya está con Dios pero su muerte pudo evitarse si hubiese recibido la atención médica oportuna, dice consternada Saira Berenice, su madre. La mujer navegó por casi cinco horas a bordo de una ambulancia buscando en por lo menos tres hospitales de Torreón una cirugía de urgencia para su hijo y en todos se la negaron.
Le condicionaron salvar la vida del niño por 10 mil y 75 mil pesos, dinero que no tenía pues su familia es de bajos recursos económicos. Además, Antonio, el padre del menor, no tiene un trabajo estable y por si fuera poco, hace dos semanas la joven había pedido dinero prestado para colaborar en la sepultura de su padre que murió víctima de insuficiencia cardiaca.
FUE UN VIACRUCIS
Alrededor de las 17:30 horas del 2 de noviembre, un ruido estruendoso alertó a Saira al interior de su domicilio, ubicado en la colonia Villas San Agustín. Presurosa llegó hasta la recámara donde Lían jugaba con su hermano Toñito, de cuatro años, y donde ocurrió un fatal accidente.
El llanto no cesaba y el niño estaba empapado en sangre después de que se le encajó el vidrio de un ropero en la axila. Ahí empezó el calvario.
Saira tomó a su hijo y lo trasladó de inmediato a las instalaciones de la Cruz Roja, donde le brindaron los primeros auxilios y supuestamente lograron estabilizarlo. Como no contaban con el equipo para realizarle la cirugía al niño, lo trasladaron al Hospital Universitario pero según la versión de Saira “ahí me dijeron que no podían a atender a mijo porque no eran especialistas en niños”.
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El viacrucis de la joven madre continuó hasta el Hospital Infantil donde le pedían un depósito de 10 mil pesos para poder intervenir al menor. “Yo les dije que no contaba con esa cantidad y me dijeron que me iban a dar otra opción, que me lo iban a trasladar a la clínica 16 (del IMSS), que ahí sí me lo iban a aceptar, entonces firmé una hoja de que yo me hacía responsable de sacar a mi hijo de ahí”.
Cayó la noche y Lían llegó al Hospital General de Zona (HGZ) número 16 del Seguro Social donde tampoco lo quisieron atender pese a las súplicas y el llanto de la mujer.
En el IMSS le negaron la atención médica porque el niño no era derechohabiente. La única manera de poder ingresarlo a la sala de Urgencias era con 75 mil pesos, según les dijo el personal de Trabajo Social. “¿Es derechohabiente?”, le preguntaron. “No, mijo no tiene Seguro”, les contestó Saira. “Tú sabes que aquí no se atiende gente que no tenga derecho al Seguro”, le comentó una de las trabajadoras al paramédico que acompañó en la ambulancia a la madre del menor. “Sí, pero atiéndelo, es que el niño necesita de urgencia la cirugía. Mira, yo me hago responsable, atiéndelo, yo mañana doy de alta al papá del niño para que pueda tener su Seguro”, le contestó el hombre. La negativa en el IMSS siguió e incluso le advirtieron al paramédico que se llevara al pequeño de la clínica pues ellos no se harían responsables si le pasaba algo.
La familia narró que el paramédico, indignado y con mucha molestia, subió de nueva cuenta al niño a la ambulancia. Se fueron de regreso al Hospital Infantil donde finalmente lo aceptaron alrededor de las 22:00 horas. “El paramédico habló con una persona para que me lo aceptaran y lo aceptaron pero desgraciadamente se me fue”. Según reportes oficiales, un par de horas después, se reportó su deceso debido a un shock hipovolémico que resultó en un paro.
En uno de los peores momentos de su vida y con la voz entrecortada, Saira acusó una supuesta negligencia médica institucional. El rostro de María del Carmen Hernández, madre de Saira, reflejaba una mezcla de sentimientos por el trato tan inhumano que recibió su nieto. Hay enojo y mucho dolor.
“Las personas que no quisieron recibir al niño no tienen corazón, lo que pasó con el niño fue una negligencia médica, al niño no se le brindó atención por falta de recursos, no es justo que siendo un bebé, un ser humano, haya pasado esto. Saira duró horas navegando en la ambulancia, fue un calvario. El niño se desangró, cuando llegó por última vez al Infantil ya traía el 6 por ciento de la cantidad de sangre que debe de traer, el niño en la ambulancia le dio muerte cerebral”, aseguran familiares.
DESPIDEN A LÍAN
Los restos de Lían se velaron ayer en un domicilio particular de la colonia Francisco Villa de Torreón y a las 17:00 horas fueron sepultados en el Panteón del ejido San Antonio de los Bravos. Ayer por la mañana el cuerpo del niño que descansaba en un féretro en color blanco fue recibido en la Parroquia de San Marcos. Había globos blancos y plateados y en ellos una figura de un ángel y una frase que decía “Te amo Lían”. Durante la ceremonia de cuerpo presente, el sacerdote expresó: “Dichoso Lían que ya está con Dios”.
El próximo 14 de marzo de 2022 Lían cumpliría sus tres años por lo que sus padres tenían pensado hacerle una gran fiesta además de presentarlo en la Iglesia junto a dos de sus primos. Lían es recordado como un niño muy juguetón y querido por toda la cuadra. Era muy tremendo y popular, narró su abuela.
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